miércoles, 18 de enero de 2012

1001 razones para dejar de ser colombiano: 999. El colombiano y la cultura de la ultra-adulación


" —  ¿Señora, me puede prestar fuego?
  — ¿Qué le haga el favor y qué?"


Típica conversación que los colombianos desacolombianados hemos sufrido. Con ella se hace visible esa constante necesidad de ampuloso protocolo que toca tener con los compatriotas. Con estos sencillos 4 pasos explicaré la ceremonia de hablar una frase como la anterior en Colombia para que surta los efectos deseados:


1. Saludar con un “hola” simple, amigable y reconocido en todos los lugares del mundo y en todos los continentes, y no con un “buenos días”, o lo que corresponda, es en este país la excusa perfecta para generar una mala cara, un gesto indeseado o un no por respuesta. Es de personas  arrogantes, altaneras y maleducadas no decir buenos días, o buenas tardes o buenas noches; es de sacrílegos no repetirlo la mayor cantidad de veces que se pueda y de psicópatas suicidas no saludar. 


2. El excesivo uso del diminutivo es un método utilizado para rebajar la seriedad a las cosas, así un “desfalco” siempre será más grave que un “desfalquito”. 


3. La expresión “regáleme”, gramáticamente incorrecta si se va a pagar por el objeto “regalado”, es aún más necesaria si se va a pagar por el objeto.


4. El "por favor" tiene que ir atado a cuanta frase usted vaya a hablar en Colombia: “por favor, diosito” o “¡máteme a este hijueputa, por favor!”. 


Ahora, para quienes no conozcan de la cultura de la ultra-adulación colombiana, aquí les va el ejemplo, con la frase anterior arreglada: 


“— ¿Buenos días, mi*señora, por favor me puede regalar fueguito?”


¿Quién se resiste a semejante servilismo?


*El "mi" es un detalle de fina coquetería parlanchina colombiana que le asegura más opciones de ganar.  

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