domingo, 16 de septiembre de 2012

domingo, 2 de septiembre de 2012

1001 razones para dejar de ser colombiano: 997. El positivismo sin escrúpulos colombiano


El país de las treinta mil muertes violentas al año se le hincha el corazón de pasión al saberse tercero en la lista de los países más felices del mundo. El país que hace cinco años estuvo entre los países más pobres del globo terráqueo salta de alegría ante la promesa de volverse potencia mundial en el 2025 gracias a una propagandita. Así, son unas cosas las que pasan, y otras las que los colombianos amos de lo onírico, reyes de la ensoñación, ven. 

Colombia es el país del traje del emperador, pero al revés: Todos aquí ven el suntuoso outfit del monarca. Y así mientras nos preparamos para otro fracaso en la realidad, nos disponemos de la misma manera a celebrar que “perder es ganar un poco”. El problema es que el colombianista ve la palabra ganar por encima de la acción de perder. Perder es la acción, ganar la consolación. El positivismo es la consolación de Colombia, colombita, país violento pero feliz. 


lunes, 27 de agosto de 2012

Los zapatos según Heidegger

"En la oscura boca del gastado interior del zapato está grabada la fatiga de los pasos de la faena. En la ruda y robusta pesadez de las botas ha quedado apresada la obstinación del lento avanzar a lo largo de los extendidos y monótonos surcos del campo mientras sopla un viento helado. En el cuero está estampada la humedad y el barro del suelo. Bajo las suelas se despliega toda la soledad del camino del campo cuando cae la tarde. En el zapato tiembla la callada llamada de la tierra, su silenciosos regalo del trigo maduro, su enigmática renuncia a sí misma en el yermo barbecho del campo invernal. A través de este utensilio pasa todo el callado temor por tener seguro el pan, toda la silenciosa alegría por haber vuelto a vencer la miseria, toda la angustia ante el nacimiento y próximo escalofrío ante la amenaza de la muerte. Este utensilio pertenece a la tierra y su refugio es el mundo de la labradora."

Martin Heidegger hablando sobre el cuadro de Van Gogh "Los zapatos de la labradora" en El origen de la obra de arte.

domingo, 26 de agosto de 2012

Queridísimo Dioniso

"El arte que quiere Zaratustra es un arte pagano. Adora las apariencias, edifica un Olimpo de las apariencias, concibe los dioses como seres que actúan en el mundo, y, por lo tanto, como "dichosos" azares, seres fortuitos, sometidos al ciclo cósmico común."

El dios que baila, Massimo Cacciari. 

sábado, 25 de agosto de 2012

Leitmotiv

"I don't know anything, JD. Nothing, nada. Remember that. I... know... nothing. Never assume I know anything. Nada. Nothing. I know nothing, not a thing. Never."

Glamorama, Brett Easton Ellis. 

viernes, 20 de julio de 2012

A España:

"Pero la gran lacaya de la Puta no ha sido Francia sino España la cerril. La cerril, la prepotente, la obtusa, la cabra tumbamontañas y el país más bruto de Europa y el más cruel con los animales incluyendo a las cabras que desbarrancan por escarnio. Raza perseguidora de judíos, de indios americanos, dispuesta siempre a abrazar las causas más innobles de sus reyezuelos zánganos en el nombre de Dios en quien (al menos de palabra, que no de obra pues como su nombre lo indica el Altísimo les queda muy arriba en el cielo) de cuando en cuando se cagan. Porque además de zafia y cerril esta raza patipuerca es blasfema. La llamada raza hispánica no son en última instancia sino los criados de Fernando e Isabel, de Carlos V, de Felipe II, de los Borbones, una chusma arrodillada capaces de gritar, como cuando los franceses los estaban liberando del tirano Fernando VII,  «¡Vivan las cadenas!» De este monstruo de maldad y cerrazón mental desciende el actual cazador furtivo Su Majestad Don Juan Carlos, don bellaco, don Borbón, un hombre frívolo y casquivano que se divierte matando osos a mansalva. En estos zánganos reales, en sus principitos e infantas y en la tauromaquia se agota la hispanidad, que nos hincha de orgullo el alma."

La puta de Babilonia, Fernando Vallejo. 


viernes, 13 de julio de 2012

Volver


Hoy me propuse nunca más volver. Nunca más soñar con volver a ver, nunca más con volver a ser, nunca más volver a estar ahí, lejos pero con la mente volver. Te convertiste en un verbo, te convertiste en volver, porque todo lo que hacías estaba pensado para el  pasado, para quedarse ahí y volver. Nunca pensaste, tal vez, que lo más difícil es olvidar, dejar de volver y lo volvías a hacer, volvías a inscribir el volver en cada acción de tu vida, cuando se topaba con la mía. Volver, volver, volver; hablar y volver, bailar y volver, recordarte es volver, y ya no quiero volver.

Sé que espero que vuelvas, espero volver yo también, pero siendo honesta, nunca pienso que lo harás, lo que fuimos nunca volverá, volverán nuevos momentos incómodos, volverán de nuevo cosas nuevas que ya no tendrán valor, y no lo que debería volver: ver volver a tus palabras, ver volver a las mías, ver volver a mis expectativas, volver a verlas morir. Volver a resucitar el nudo en la garganta, volver a quererte, volver. Volver a dos, volver a todo. 

Algún día entenderás que no se puede querer volver todo el tiempo, vivir el presente pensando cómo será cuando vuelva es nocivo, es imperdonable; agotas toda la voluntad de volver, te vuelves un fantasma difícil de materializar, difícil de encontrar. Volver a que hagas lo que quiero que hagas, volver a mi derecha, irte de mi izquierda, volver a no pronunciar tu nombre, volver a no querer saber lo que tu voz ha estado diciendo, volver a jugar con las palabras, volver a salir a la superficie, volver a encontrar que nunca lo podré hacer. Volver a cerrar el hielo, volver a construir una inconsciencia debajo, volver a ser inerte y nunca más pensarte ni hacerte volver. Cerrar los ojos, cruzar las piernas, guardar los brazos, enderezarme y quedarme ahí y hacer volver el odio que tuve antes de ti y esperar a volver a abrir los ojos, pegar un puño y salir de nuevo, dejar ese tono blancuzco de las palabras y otra vez volver.

Marzo 2011